Comer carne no te vigoriza. 6 razones para dejar de consumir carne.

Comer carne no te vigoriza. 6 razones para dejar de consumir carne.

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Comer carne no te vigoriza.

Esto es un hecho refutado y recogido además en las más de 5000 páginas del informe McGovern en 1977 en USA en el que intervinieron los más importantes especialistas médicos y nutricionistas del momento.

Este informe concluyó que muchas de las enfermedades de la población eran causadas por los malos hábitos alimenticios y que no habría forma de que se volvieran sanos a menos que cambiaran sus hábitos.

Por aquel tiempo, las dietas altas en proteínas y grasas eran algo común en Estados Unidos y de hecho las proteínas son valiosas porque constituyen el elemento básico para construir el cuerpo y por ese motivo se pensaba que usar proteína animal como base de alimentación de atletas y niños en edad de crecimiento así como en adultos y ancianos era positivo.

El informe McGovern refutó esa creencia. Es más, se ha demostrado ampliamente  que la creencia de que si no comes carne tus músculos no se van a desarrollar es falsa y prueba de ello basta mirar hacia la propia naturaleza y el reino animal.

Sería lógico pensar que los leones al ser carnívoros tendrían unos músculos extraordinarios y sin embargo la realidad es otra bien distinta,  porque animales herbívoros como caballos o venados tienen músculos mejor desarrollados que los leones.

Es más,  los leones y tigres carecen de vigor para perseguir a sus presas durante largos periodos de tiempo  y por eso necesitan saltar a la acción usando la velocidad para atrapar y matar a su presa lo antes posible porque saben que si tienen que echar mano de la resistencia no tienen nada que hacer frente a los músculos más desarrollados de los herbívoros.

Tampoco vamos a crecer más en altura, de hecho, basta mirar a una jirafa que es herbívora y a un león que es carnívoro.

Y lo que nadie te cuenta es que hay una gran trampa al comer carne, pues una vez que se alcanza uan cierta edad el crecimiento del organismo cambia para convertirse en un envejecimiento y el consumo de carne puede acelerar ese proceso de envejecimiento.

6 razones de por qué las dietas altas en proteína animal dañan tu salud.

  1. Las toxinas de la carne alimentan las células cancerígenas. Cada célula contiene ADN (ácido desoxirribonucleico), un biopolímero que contiene el mapa del cuerpo y sus funciones. Los subproductos tóxicos de la grasa animal excesiva y la digestión de la proteína puede dañar el ADN, convirtiendo a las células en cancerígenas. Las células cancerígenas comienzan a multiplicarse por sí mismas. Nuestra sangre contiene glóbulos rojos, glóbulos blancos y linfocitos. Las células blancas y los linfocitos atacan a los enemigos, como las bacterias y los virus, destruyéndolos o volviéndolos inocuos. Cuando esas células están dañadas, esta línea frontal de defensa del cuerpo funciona incorrectamente y puede generar una infección y la aparición de células cancerígenas anormales.
  2. Las proteínas animales producen reacciones alérgicas. Las proteínas que no se han descompuesto en nutrientes entran al torrente sanguíneo como sustancias ajenas a través de las pareces intestinales. Esto es algo frecuente en niños pequeños. El cuerpo reacciona como si fuera una sustancia extraña, generando una reacción alérgica. Esta clase de alergia a la proteína es comúnmente causada por la leche y los huevos. Una ingesta excesiva de proteína animal con sus reacciones alérgicas resultantes son la casusa del aumento de dermatitis atópicas, urticarias, enfermedades del colágeno, colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.
  3. El exceso de proteína sobrecarga al hígado y a los riñones. Todo exceso de proteína debe ser descompuesto y eliminado a través de la orina pues genera una gran carga en el hígado y los riñones.
  4. La ingestión excesiva de proteína provoca una deficiencia de calcio y osteoporosis. Cuando se crean grandes cantidades de aminoácidos, la sangre se acidifica, requiriendo entonces calcio para neutralizarla. Por tanto, es lógico pensar que si consumimos proteína en exceso da por resultado una bajada de calcio en el organismo. Además, el nivel de fósforo en la carne es muy alto y la sangre tiene que mantener la proporción entre el calcio y el fósforo en un rango de uno a uno y uno a dos. Una dieta que aumenta el nivel de fósforo hace que el cuerpo tome calcio de los dientes y los huesos  para mantener el equilibrio.  De igual forma, cuando uno tiene mucho fósforo y calcio en el cuerpo, el fósforo y el calcio se enlazan para formar fosfato de calcio y el cuerpo no puede absorber este compuesto por lo que es excretado, haciendo con ello mayor la pérdida de calcio y al cuerpo de ser susceptible de padecer osteoporosis. Es por esto que en países con dietas ricas en proteína animal sufren de osteoporosis.
  5. El exceso de proteína puede generar una pérdida de energía. Se necesita gran cantidad e energía para digerir la comida y como hemos visto, el exceso de proteína no se metaboliza por completo y por tanto no se absorbe lo que deriva en la putrefacción en los intestinos y la creación de subproductos tóxicos. (¿Alguna vez después de salir del baño te han dicho o le has dicho a alguien, “hueles a podrido” o “hueles a muerto”? pues ahí tienes el motivo). Para desintoxicarse de esas sustancias el organismo requiere de gran cantidad de energía  y al usarla se generan gran cantidad de radicales libres que a su vez son los responsables del envejecimiento, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la arteriosclerosis.
  6. El exceso de proteína puede contribuir al trastorno por déficit de atención en niños. Estudios recientes muestran que hay un aumento de número de niños con baja capacidad de atención y proclives a arranques de furia. La comida y la nutrición pueden tener un impacto significativo en el comportamiento de los niños y en su adaptación social. Hay un aumento del consumo de alimentos procesados en hogares y escuelas que no solo contienen demasiados aditivos sino que acidifican el cuerpo en exceso. De igual forma crece el aumento del consumo de proteína animal y azúcares refinados al tiempo que se evitan las verduras. La proteína animal y el azúcar demandan un aumento de calcio y magnesio que lleva al organismo a padecer una deficiencia de calcio y ésta a su vez irrita el sistema nervioso, contribuyendo al nerviosismo y la irritabilidad.

Tu estómago y tus intestinos te hablan.

Todos tenemos buenas características gastrointestinales cuando nacemos pero estas varían en función de la dieta y el estilo de vida de cada uno.

El estómago de alguien enfermo está manchado, y en determinadas áreas esta rojo e inflamado. Cuando el estómago presenta una inflamación aguda o crónica de la membrana mucosa, la cubierta estomacal se adelgaza  y los vasos sanguíneos se hacen visibles bajo la misma. Más aún, cuando la mucosa gástrica comienza a atrofiarse o a marchitarse, la superficie de las células tratan de compensarlo y se multiplican en ciertas áreas, haciendo que se formen protuberancias en la pared gástrica. En ese punto, están a solo un minúsculo paso de convertirse en cancerosas.

En un intestino enfermo, los músculos de las paredes intestinales se vuelven gruesos y rígidos, forman pliegues irregulares que a su vez generan constricciones en algunas áreas, como si los apretaras con gomas.

Si no padeces molestias evidentes puedes resistirte a abandonar el consumo de carne, pero cuando hay señales en el exterior como engordar, perder tu cabello, tener arrugas o piel flácida  pues ahí si inviertes tiempo y dinero en poner remedio porque son cosas visibles pero cuando el malestar está en el interior, ahí no pones remedio porque es invisible y a menos que te dé un fuerte cólico doloroso no te lo tomas en serio. Pero cuando esos cambios se producen y no se pone remedio, el deterioro persiste aunque no sea visible y luego surge el arrepentimiento por no haber cambiado a tiempo el estilo de vida.

La principal razón or la que la ingestión de carne daña nuestros intestinos es porque no contiene fibra y si una gran cantidad de grasa y colesterol. Además, la carne hace que las paredes del colon se engrosen y se hagan rígidas pues al no contener fibra genera un decremento significativo en las heces en el colon haciendo que este trabaje ás de lo normal para excretar una pequeña cantidad de heces por la peristalsis.

A medida que las paredes del colon se engrosan, la cavidad colónica se hace más pequeña. A su vez, cuando se absorben grandes cantidades de grasa con la proteína animal, la capa de grasa que rodea al colon se engrosa añadiendo más presión en la pared intestinal y a medida que esta presión aumenta, la membrana mucosa empuja hacia fuera formando unos bolsillos llamados “divertículos” que generan un padecimiento conocido como “diverticulosis”. En este punto el tránsito de las  heces se vuelve más difícil y da como resultado una acumulación de heces estancadas que permanecen en el colon por mucho tiempo. Se van acumulando cmo si estuvieran adheridas a las paredes del colon y combinadas con la diverticulosis, las heces estancadas entran en esos bolsillos haciendo que su expulsión sea aún más difícil.

Estas heces acumuladas en los divertículos  producen toxinas que a su vez generan mutaciones genéticas en las células de esas secciones  produciendo pólipos que crecen y eventualmente se vuelven cancerosos.



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