Los frutos secos y las semillas crudas, así como las legumbres, están recubiertos de unas sustancias conocidas como inhibidores de enzimas.
Los inhibidores de enzimas tienen la función de prevenir una germinación prematura y ayudan a conservar los nutrientes para el crecimiento de la planta.
Estos inhibidores de enzimas se llaman también “antinutrientes” porque al consumirlos impedimos la absorción de algunos minerales, vitaminas y proteínas y se dificulta su digestibilidad.
Hay varios tipos:
- Acido fítico al que le encanta robar minerales como el hierro, zinc, calcio, magnesio y mangeneso que son expulsados por las heces sin haber sido absorbidos por nuestro organismo.
- Taninos que aunque son antioxidantes también tienen la capacidad de atrapar hierro y cobre y reducen la digestibilidad de las proteinas. Estos se encuentran generalmente en la piel de los frutos secos, de modo que conviene retirarla antes de consumirlos.
- Oxalatos que contribuyen a la formación de cálculos renales y además les gusta robar calcio, hierro y otros minerales impidiendo su absorción.
- Inhibidores de la tripsina, sustancia encargada de romper las proteínas para que las podamos aprovechar.
¿Cómo nos liberamos de los ladrones de nutrientes?
Es muy sencillo, lo haremos a través del proceso de activación de las semillas y que consiste simplemente en poner tanto las semillas como los frutos secos en remojo durante unas horas en agua.
Cada fruto tiene su tiempo aproximado de remojo:
- Almendras: 12 horas.
- Semillas de chía y de lino: 2 horas.
- Nuez y avellana: 8 horas.
- Semillas de calabaza y de sésamo: 6 horas.
- Semillas de girasol: 4 horas.
- Piñones, pistachos, anacardos, nueces de Brasil y nueces de macadamia: no es necesario el remojo.
Después de activarlos, los podemos tostar a fuego lento si deseamos potenciar su sabor.
Hay que destacar que las semillas de lino y de chía, al ponerlas en remojo, sueltan los mucílagos, que es una fibra muy beneficiosa para favorecer el tránsito intestinal.
Podemos batirlas o licuarlas junto con el agua del remojo para que cumplan esta función.
Algunos tips de utilidad
Para mejorar el proceso de activación puedes tener en cuenta estos sencillos consejos:
- Usa agua muy limpia, yo uso de preferencia agua de manantial, pero si tú no tienes acceso a ella puedes usar agua destilada/osmotizada o filtrada.
- La temperatura del agua ha de ser calida, con agua demasiado fría no se liberan los antinutrientes, de modo que si vives en un lugar cálido la temperatura de ambiente estará bien, de lo contrario es preferible que la entibies un poco antes de poner los frutos y semillas en remojo.
- Es preferible que el ph del agua sea ácido para que las enzimas rompan los inhibidores de la tripsina y el ácido fítico, de modo que agregar un poquito de limón o vinagre al agua será de gran ayuda.
- Después del remojo, con un colador retiras el agua y las enjuagas bajo el grifo y ya puedes comerte los frutos o semillas o guardarlos en la nevera. Se conservarán en perfecto estado por unos 3 días aproximadamente.
- Para deshidratar el fruto seco una vez activado puedes usar un deshidratador durante 12-24 horas. También puedes hacerlo a golpe de horno pero a temperatura baja (hasta 42ºC) ya que por encima de los 42 pierden algunas enzimas saludables. El tiempo varía segun el fruto seco y el grado de humedad pero alrededor de media hora, se prueba y si está blando, se pone un poco más, en fracciones de tiempo de 20 mn hasta que esté seco y crujiente. Una vez deshidratados duran meses almacenados.